domingo, 30 de noviembre de 2008

ADIÓS

Se va noviembre. Noviembre se está yendo, se escabulle entre la niebla de estos días de otoño cerrado con un rictus de prudencia que casi llama a las puertas del olvido. Pero de él nos quedan los treinta días de ese calendario irrecuperable en que se nos va convirtiendo la vida. Momentos, miradas, charlas, instantes, sueños, palabras... Así es, así será. Se nos va noviembre con su estela de misterio salpicando a nuestras dudas y certezas, acostumbrado desde siempre a su espectro de hojas caídas en los parques lejanos que sintieron nuestros pasos y, tal vez, también, nuestro soliloquio intransferible. Se va noviembre con los nombres y los dones que ya nos gratifican, reducto de nostalgias que tocarán su hora en el inminente diciembre. Se nos va sin remedio. Es ley.

2 comentarios:

carmen dijo...

El don de noviembre es la luz dorada que derrama sobre el mundo.
Momentos, miradas,charlas, instantes que se bañan en una luz de oro viejo, se tiñen de una melancolía dulce que detiene un instante los quehaceres de los días.
Confíados nos dejamos llevar, nos damos una tregua y buscamos abrigarnos en la espesura de la hojarasca, escondernos en la calidez de los hormigueros donde quizás nonos alcancen los males del invierno.
Pero diciembre acude puntual con su frío de certezas de bisturí y la blancura de las revelaciones incontestables.
Noviembre ha sido un respiro y un cuento que nos hizo creer por un momento que al fin comeríamos perdices.

jose f. kosta dijo...

Querido Pedro, enhorabuena por tu tío abuelo y sus poemas -si todos tienen el aliento de 'Adán' creo que desde luego va más allá de nuestro querido ámbito provincial de panzas rellenas de morcilla. Enhorabuena también por ese círculo de sangre y 42 años de radio en torno al centro de tu amor por las paradojas. Que la naturaleza imita al arte es ahora para mí más claro que nunca, pues cualquiera que conozca mínimamente tu obra puede certificar que las circunstancias de tu descubrimiento se adaptan perfectamente a los juegos de ideas y palabras que adornan a menudo tu estilo literario; de modo que haber servido de modelo a la naturaleza, y en la creación de circunstancias retrospectivas para más inri, no puede sino ser interpretado como un regalo de la divinidad, y de muy buen agüero.