martes, 4 de octubre de 2011

VINDICACIÓN DE LEÓN FELIPE

"Así es mi vida, piedra, como tú”…

Embotado, incapaz de emprender cualquier tarea, tullido para imponerme un orden de prioridades y asumirlas funcionarialmente, salí de camino al centro y la misma inercia de antaño me condujo hasta ese último rincón, entre expositores y anaqueles y columnas, que un librero de la ciudad reserva aún a las publicaciones de poesía, donde se respira un aire clandestino, casi mórbido.

…“como tú, piedra pequeña”…

De pronto se afianzó en la palma de mis manos el ejemplar de Visor con todos los poemas de León Felipe, el mismo volumen que tantas veces estuve a punto de adquirir y que siempre se me resiste, no sé explicarme por qué ni por cuánto tiempo aún.

…”como tú, piedra ligera”…

Lo transité con la parsimonia embelesada de otra vida, poseído por un resto de aquella fe de juventud que ya no volverá a pertenecerme como entonces, degustando el discurrir sencillo de una voz que siento gemela, deteniéndome en los mismos versos de siempre, repitiéndome para mí y para nadie que nunca he dejado de conectar con este hombre, con este nombre que hace tanto se debate en el limbo de nuestra memoria poética, un hombre y un nombre que, apenas de tarde en tarde, me apetece reivindicar ante los más legos.

…“como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas"…

Regresé con las manos vacías, mas regocijado en la música de aquellos versos.

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