domingo, 29 de diciembre de 2013

ESTATUA EN EL JARDÍN

Me desperté después de dormir durante no sé cuánto tiempo y descubrí que yo era un poeta anticuado e incapaz de moverme.
Como no sabían qué hacer conmigo, sentaron mi cuerpo de piedra en un jardín y me pusieron un libro de piedra abierto entre las manos. En las hojas del libro no había nada escrito.
Me aburro. Frente a mí han sembrado unas pocas flores blancas. A veces pasa alguien y yo quisiera gritar, o mover un brazo, o sonreír, cambiando la expresión de tristeza contenida que me han asignado.
Pero no puedo. Porque soy un poeta de piedra, porque soy un poeta muerto, porque soy un poeta anticuado.
Jose F. Kosta

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