miércoles, 20 de mayo de 2015

Los días se suceden sin que pueda atrapar nada en ellos. Como un autómata de mi destino, siento apenas su materia escurridiza, me sé rehén de su repetición. Nada leído, nada escrito, nada perdurable. Ninguna huella sobre la que afirmar el paso. Justo lo que más temía.

1 comentario:

Juan Ballester dijo...

Pues gran momento éste, momento sublime, verdadero, ese momento de la vida donde uno toma conciencia de su insignificancia y se para, corta, se distancia del mundo. Y solo distanciado de todo puede verse ese todo. O sea, está al caer algo grande. Enhorabuena Pedro.

Juan Ballester