viernes, 5 de junio de 2015

Lo primero que hago es poner la fecha en la pizarra y esperar a que ellos la escriban en su cuaderno; mientras, paso lista. Así durante todo un curso, al comienzo de cada clase, con cada grupo de alumnos. Se trata de construir un orden, de institucionalizar un hábito, de higienizar la atención a través de la medida del tiempo. Somos tiempo, o nos hemos convencido de serlo. A veces me gustaría existir como esos robinsones de barrio que no saben el día ni la hora en que viven.

1 comentario:

Sergio Fernández Salvador dijo...

para eso los profesores tenemos que esperar al verano.
Saludos.