jueves, 19 de mayo de 2016

La vanidad tiene los pies cortísimos. En la bitácora-blog de un poeta -uno de tantos- se informa de una muy reciente y multitudinaria antología, y, sin transición, el informante presume de haber quedado a salvo de su inclusión en ella, una vez más. Pero el que lo diga ahí, de ese modo, jactándose, deja un rastro agrio y la triste sospecha de que hubiera preferido otro desenlace.
Se me ocurre que yo, que escribo poesía y he publicado libros de poemas, debo ser un poeta insólito, marginal, porque apenas se me ha invitado a alguno de estos recopilatorios generacionales, como no sea bajo la peregrina excusa de la amistad o para engrosar la suma de nombres locales que, sin más criterio, nutran el índice.
Recuerdo que hace años me convertí en antólogo de circunstancias, para el consumo interno de mis alumnos. Trabajé una selección de siete poetas y luego otra selección de ocho narradores, todos afincados en esta tierra nuestra. Antes de sacarlos de la imprenta con ayuda institucional ya me había arrepentido de la mitad de los inéditos -y, por ende, de los autores-, de su escaso mérito, de la imprescindible cuota femenina y -con perdón- de la madre que los parió. Los ejemplares se distribuyeron sin hacer mucho ruido, los autores acudieron sucesivamente a conversar con la clase y los muchachos redactaron crónicas a propósito, con nota.
Ahora vengo a concluir que no me gustan las antologías, sus caprichos. Ni siquiera creo en la universalmente admitida criba del tiempo. Al fin me puede la evidencia de que soy y somos un proyecto de olvido que terminará consumándose y consumiéndonos a todos, antologados o no.

2 comentarios:

Juan Ballester dijo...

Ese final, por descontado, es ley de vida. Pero lo ideal, creo yo, sería no pensar jamás en ninguna estadística o recopilación, en méritos o deméritos. Solo trabajar, trabajar silenciosamente, porque sí, porque así debe ser.

Anónimo dijo...

Buenos días.

Ese que se jacta de no estar incluído en realidad aspira a figurar en la página central, y enmarcado de hojas de laureal a ser posible.