sábado, 22 de abril de 2017

"El arte es compromiso y es sigilo".
Lo escribí en Necedarius, el libro más críptico que he dado al papel, el más inasequible también (alguien habrá que lo juzgue pretencioso), el más agradecido de mis líricas insolencias.
Conocí a nueve lectores que acaso entendieron algo o que creyeron entender (AGuirado, ASalom, DLópez, JA Martínez, JF Kosta, JM de Paco, MA Orfeo, Marta y Pepe), o que de sus ulteriores observaciones y comentarios deduje yo que entendían (Pepe y Marta, MA Orfeo, JM de Paco, JF Kosta, JA Martínez, DLópez, ASalom, AGuirado). Lo demás fue silencio: ni una sola reseña en un solo medio reseñable.
La obviedad es que el tiempo no ha sido benévolo con ninguno de mis títulos. Si la meta continúa siendo el olvido (como quería Borges), mi obra y yo debemos estar muy cerca de merecer el podio.
No obstante, el endecasílabo de arriba aún me parece válido. Y también estos tres (o dos y pico), verdaderamente premonitorios:
"He muerto ayer pero he muerto
Conmigo.
El epitafio es noble si son nobles
Los labios que repiten el misterio".

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