martes, 2 de mayo de 2017

Desentenderse de cuanto exceda el instante presente (sea la proyección hacia el futuro como el regodeo en lo ya pasado) y disminuir e incluso anular el dominio del ego, que siempre acecha tras sus múltiples máscaras. Tales son, si no entendí mal aquellas páginas de Osho, los dos grandes desafíos del individuo que busca la paz consigo, la calma interior, la felicidad o, como él prefiere, la alegría; todo lo cual se concreta en la disciplina de la meditación. Existir solo aquí y ahora; no elevarse sobre nada ni nadie. Carpe díem y beatus ille, o lo que es lo mismo, conciencia del ser y humildad plenas. Qué fácil parece... ¿O acaso entendí mal?

No hay comentarios: