viernes, 9 de junio de 2017
Mientras conduzco, escucho el último disco de Joaquín Sabina. Hace semanas que lo hago y cada vez me gusta más, me atrapa más, me es más próximo. Hay letras que son auténticos poemas -"Quien más, quien menos", "Lo niego todo", "Postdata", "Por delicadeza"...- y versos que no quedarían fuera de una antología muy personal, muy mía. Nada nuevo, por cierto, porque la sensibilidad literaria y el equipaje retórico de Sabina (no sé cuánto le toca al ahora coletrista Benjamín Prado, amigo suyo) hace mucho que me ganó para su causa. Que no se muera nunca.
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