miércoles, 14 de junio de 2017

Resurge, ligerísima, la apetencia casi olvidada de poner en orden (o de batallar una estructura que presumo imposible, o de simplemente conformarme con una selección definitiva) todos mis poemas inéditos (o casi inéditos, o edinéditos si se admite el neologismo) que se me fueron desprendiendo y cayendo en cartapacios de papel y en archivos de word desde hace diez y veinte y quién sabe si hasta treinta años. Hay tanto y tan variado (así en el registro formal como en las temáticas) que me da miedo aplicarme a bucear en ese abismo. Miedo y pereza, claro. A lo que añadiré otra pizca de mi escepticismo práctico: ¿para qué?

No hay comentarios: