miércoles, 16 de agosto de 2017

A propósito de Pavese, pocos títulos más insulsos y desganados, más antipoéticos, que aquel que el autor piamontés quiso dar al conjunto de sus poemas: Lavorare stanca.
Lo que cansa es viajar, que a fin de cuentas es un trabajo que implica a todos los miembros y sentidos, y a todos los exacerba y los pone al límite bajo la bonita excusa de la novedad. Cansan los más bellos paisajes, las maletas que no cierran, los enclaves de postal anacrónica, los transportes masificados y sin aire, las expectativas y propósitos, el miedo a perder el avión, un simple caffé en una piazza céntrica, el niño que se rebela y grita y llora y nos desquicia, algunos paseos sin tiempo por la parte antigua, la maldita maleta que sigue sin cerrarse y hasta una cena elegante entre tú y yo.
Todo cansa, mas todo esculpe la memoria de lo vivido y compartido.
Viajar es un trabajo muy cansado.

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