viernes, 15 de septiembre de 2017

Cunde en mi entorno el número de quienes pierden al padre o a la madre. Desde hace semanas es un goteo intermitente pero continuo, más o menos próximo. Ha de ser que, como hijos, ya nos vamos asomando a esa edad en que la ley natural impone su lógica. El otro día, a una afectada se le resbaló esta reflexión: "Hasta ahora, la muerte de tu padre o de tu madre era algo que siempre les sucedía a los otros, pero no a ti". Así es, así será.

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