sábado, 30 de septiembre de 2017

Todo cuanto le sucede al artista es alimento para su alforja, recado para su obra. La entrega de los sabios estoicos y la resignación que predica el evangelio no son cesiones en balde, sino que al justificarse por la vía del arte cobran matices heroicos. Arte y destino: aquí es donde la fatalidad de los talentos negocia su consuelo.

No hay comentarios: